Categoría: Homilías

En medio de la situación que estamos viviendo, nos damos cuenta más que nunca de que necesitamos la fuerza, la esperanza, el amor y la paz que solo Cristo puede darnos. Por eso, ¡alegrémonos!, pues ya está cerca la gran semana de nuestra salvación.

Dejemos que Dios ilumine nuestra conciencia a través de los diez mandamientos para ver si hay algún pecado que se ha instalado en el templo de nuestra alma. Y pidámosle su ayuda divina para ponernos en camino y realizar el bien.

La luz y la oscuridad son dos caras de la misma moneda: la fe. Lo importante no es en qué cara estamos viviendo, sino la propia fe. Busquemos a Dios y confiemos plenamente en Él.

Aprovechemos este tiempo de gracia que es la Cuaresma. En él, Dios nos quiere ayudar especialmente a vencer esos pecados en que solemos caer para que podamos convertirnos a Él

Jesús puede y quiere curarnos de la peor enfermedad: el pecado. Aprovechemos la misericordia de Dios en la confesión y actuemos con misericordia con nuestros hermanos