Homilía: 22º Domingo del Tiempo Ordinario (ciclo C)
Para avanzar en la humildad, hemos de comprender que Dios es el todo y yo la nada sin Él. Y que Él es mi Padre y me ha preparado lo más grande: participar de su misma felicidad. Busquemos eso y pidamos a Dios que nos haga humildes