Categoría: Homilías

La Palabra de Dios es uno de los grandes tesoros de la Iglesia, porque el Verbo nos habla a través de ella. Sobre todo, cuando se proclama en la Liturgia. Pero también cuando la leemos en familia, o en particular. Leámosla a diario

Dios llamó a Samuel y a sus apóstoles. También hoy nos llama a cada uno para que estemos con Él. Dejémonos guiar, escuchemos su llamada, conozcámoslo en el amor y permanezcamos siempre con Él. ¡No hay nada más grande!

Ser bautizados es ser hijos en el Hijo, ser complacencia del mismo Dios. Pidamos la fuerza y perseverancia necesarias para mantenernos en esta unión con Él en todos los momentos de nuestra vida.

Ojalá también nosotros nos dejemos guiar por la fe, adoremos al Señor y pongamos nuestro corazón no en las cosas materiales, sino en ese Niño, que es Dios manifestado a todos los pueblos

Eres hijo de Dios por el bautismo. Todo lo que Dios tiene, todo lo que Dios es, es para ti: un día, en el cielo plenamente; y, mientras tanto, aquí en la tierra con velos. Somos hijos del Padre más rico del mundo; no vivamos sin darnos cuenta…