Categoría: Homilías

Jesús nos pide que seamos buenos ciudadanos cumpliendo lo que nos pide la legítima autoridad en aquello que es justo. Y, además, que seamos buenos cristianos, conscientes de que participamos de la misión de la Iglesia: salvar a las almas.

El Señor nos crea y nos llama a la felicidad de su banquete. Que María nos ayude a responder que sí a esa llamada y a perseverar hasta el final con el vestido de fiesta, que es la gracia de Dios

¿Cuántos millones de cristianos somos en la diócesis de Madrid? Si pidiéramos todos unidos, ¿no nos escucharía más el Señor? Eso es lo que Él quiere: que rememos juntos en esta barca que dirige nuestro Obispo.

¿Para qué vivo? ¿Estoy pendiente solo de mis intereses, aunque sean buenos? ¿O busco lo que Dios quiere para mí y hacer felices a los que me rodean? Tengamos los sentimientos de Jesús

Dios llamó al pueblo hebreo a primera hora, y después extendió esa llamada a todos los pueblos. Él es justo y misericordioso. Para llegar a la plenitud de su reino, tenemos que pasar por el misterio de la muerte, que S. Pablo nos enseña a mirar con los ojos de la fe.