1. Lectura del Evangelio del Domingo 2ª semana de Cuaresma.
EVANGELIO
Este es mi Hijo, el amado.
Lectura del santo Evangelio según san Marcos 9, 2-10
En aquel tiempo, Jesús tomó consigo a Pedro, a Santiago y a Juan, subió aparte con ellos solos a un monte alto, y se transfiguró delante de ellos. Sus vestidos se volvieron de un blanco deslumbrador, como no puede dejarlos ningún batanero del mundo.
Se les aparecieron Elías y Moisés, conversando con Jesús.
Entonces Pedro tomó la palabra y le dijo a Jesús:
«Maestro, ¡qué bueno es que estemos aquí! Vamos a hacer tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías».
No sabía qué decir, pues estaban asustados.
Se formó una nube que los cubrió, y salió una voz de la nube:
«Este es mi Hijo, el amado; escuchadlo».
De pronto, al mirar alrededor, no vieron a nadie más que a Jesús, solo con ellos.
Cuando bajaban del monte, les ordenó que no contasen a nadie lo que habían visto hasta que el Hijo del hombre resucitara de entre los muertos».
Esto se les quedó grabado, y discutían qué quería decir aquello de resucitar de entre los muertos».
Palabra del Señor.
2. Lectura de la Madre Trinidad
«Cruz o Tabor, vida o muerte: ¡Gloria de Dios!»
Frutos de Oración. Cap XX «La Gloria de Dios». Números 1673-1684
1.673. ¡¿Qué importa el día o la noche, la cruz o el Tabor, la vida o la muerte?! ¡Gloria para Dios! ¡Sólo eso! Y esto exige un amor muy puro al Señor. (16-10-75)
1.674. He de saber sufrir y callar sonriendo; así haré felices a los míos y, viviré muriendo, mi inmolación por la Iglesia. Soy feliz, porque nada busco fuera de glorificar al Infinito. (25-8-77)
1.675. El gozo de dar gloria a Dios sufriendo, sólo se lo podemos proporcionar aquí en el destierro; allí, en la Eternidad, siempre le daremos gloria, gozando. Por eso, ¡alegrémonos ahora en la cruz, que da gloria a Dios y vida a las almas! (9-7-75)