Para entender la dimensión de la Iglesia católica en nuestro país basta con acercarse cada año a la Memoria de Actividades de la Conferencia Episcopal. La de este año, que se acaba de presentar y que se corresponde con el ejercicio de 2019 –antes de la pandemia–, sigue en la línea de los últimos años. Se trata de más de 100.000 datos que recogen muchas luces –los cuatro millones de personas atendidas en el ámbito social– y alguna sombra como el descenso acusado de Bautismos, Primeras Comuniones, Confirmaciones y Matrimonios.
Este trabajo ha supuesto un gran esfuerzo de transparencia que se ha ido mejorando a lo largo de los años. De hecho, además de la comprobación de la propia memoria por PwC, se han auditado ya el 75 % de las diócesis españoles y más de 240 parroquias.
«Es un deber dar cuenta de las actividades de la vida de la Iglesia, pero sobre el deber emerge el agradecimiento a tantas personas que son la Iglesia y que lo expresan a través de su hacer. En los números que presentamos hay muchos rostros», ha explicado el secretario general y portavoz de la Conferencia Episcopal Española (CEE).
Como es habitual, la Memoria Anual de Actividades de la Iglesia ofrece un recorrido por los diferentes ámbitos en los que la Iglesia desarrolla su misión: pastoral, evangelización, cultura, educación, celebración de la fe, caridad.
Descenso en Bautizos, Matrimonios y Primeras Comuniones
Llama la atención el gran aumento de la asistencia regular a la Eucaristía, que pasa los 8,3 millones de personas del ejercicio anterior a los más de nueve millones de este. Una cifra que contrasta con el descenso acusado de los Bautismos (de 193.394 a 175.844), las Primeras Comuniones (de 222.345 a 204.618), las Confirmaciones (de 129.171 a 124.258) y los Matrimonios (de 41.975 a 36.650).
A nivel asistencial, la Iglesia atendió durante 2019 a más de cuatro millones de personas en los 9.163 centros de la Iglesia. Estos centros, que ayudan a resolver problemas sociales –pobreza, paro, violencia, soledad…–, han crecido en 44 en el último ejercicio, una línea que se ha mantenido desde 2010. Desde ese año han aumentado en un 71,69 %, o lo que es lo mismo, en 3.826.
«La Iglesia está presente en todos los problemas y carencias de la sociedad y tiene una repuesta para ellos», ha explicado Ester Martín, directora de la Oficina de Transparencia de la CEE, que ha añadido que los fondos que las diócesis han dedicado en 2019 a la actividad asistencial han crecido en nueve millones de euros.
Martín ha destacado la atención que ofrece la Iglesia a los migrantes, a las mujeres vulnerables, a los que sufren la pobreza y también en el ámbito sanitario donde, ya antes de la pandemia, la Iglesia contaba con una gran presencia. De hecho, la pastoral de la salud integra 20.707 voluntarios, 1.200 capellanes hospitalarios, 2.863 parroquias con grupos de atención y 186.341 personas acompañadas cada mes.
Millones de horas para la sociedad y ahorro al Estado
Por otra parte, cabe destacar a nivel pastoral las 30 millones de horas que dedican los sacerdotes, una cifra que asciende a 44 millones si se suman las de laicos y voluntarios. También la aportación económica al Estado, ya sea en forma de ahorro o de ingresos, de la educación, cultura o patrimonio católicos.
En referencia a la economía diocesana, Ester Martín ha afirmado que los datos que tienen que presentar las diócesis –en línea con lo recomendado por el Tribunal de Cuentas– debe incluir todos los ingresos y gastos y no solo el balance final. Del análisis de esos datos, se concluye que el 65 % de las diócesis españolas tuvo superávit frente al 35 % que presentó déficit, lo que indica que la situación económica de las diócesis mejoró ligeramente con respecto al ejercicio anterior, cuando cuatro de cada diez estaba en pérdidas.
Descargue aquí la Memoria Anual de Actividades de la Iglesia católica en España del año 2019