1. Lectura del Evangelio del 30º Domingo de tiempo ordinario
EVANGELIO
“Rabbuni”, haz que recobre la vista.
Lectura del santo Evangelio según san Marcos 10, 46-52
En aquel tiempo, al salir Jesús de Jericó con sus discípulos y bastante gente, un mendigo ciego, Bartimeo (el hijo de Timeo), estaba sentado al borde del camino, pidiendo limosna. Al oír que era Jesús Nazareno, empezó a gritar:
«Hijo de David, Jesús, ten compasión de mí.»
Muchos lo increpaban para que se callara. Pero él gritaba más:
«Hijo de David, ten compasión de mí».
Jesús se detuvo y dijo:
«Llamadlo».
Llamaron al ciego, diciéndole:
«Ánimo, levántate, que te llama».
Soltó el manto, dio un salto y se acercó a Jesús.
Jesús le dijo:
«¿Qué quieres que te haga?».
El ciego le contestó:
«”Rabbuni”, que recobre la vista».
Jesús le dijo:
«Anda, tu fe te ha salvado».
Y al momento recobró la vista y lo seguía por el camino.
Palabra del Señor.
2. Lectura de la Madre Trinidad
El gran misterio de la Encarnación. Opúsculo 3, pp 3
La humanidad de Cristo es la esposa del Verbo, la complacencia y recreo de las tres divinas Personas; creación nueva, en la cual y por la cual, el mismo Dios altísimo, haciéndose Hombre y perdonando la culpa que el hombre había cometido contra la infinita Santidad, puede manifestarnos los misterios recónditos de su adorable ser, en canción de amor.
¡Cristo mío!, qué matices casi infinitos has puesto en tu humanidad, haciéndote la maravilla que cantas, por tu voz humana, las infinitas perfecciones e incomparables arcanos del misterioso ser de Dios.