1. Lectura del Evangelio del domingo 20 de septiembre
San Mateo 20, 1-16
¿Vas a tener tu envidia porque yo soy bueno?
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola:
«El reino de los cielos se parece a un propietario que al amanecer salió a contratar jornaleros para su viña. Después de ajustarse con ellos en un denario por jornada, los mandó a la viña.
Salió otra vez a media mañana, vio a otros que estaban en la plaza sin trabajo, y les dijo:
“Id también vosotros a mi viña, y os pagaré lo debido”
Ellos fueron.
Salió de nuevo hacia mediodía y a media tarde e hizo lo mismo. Salió al caer la tarde y encontró a otros, parados, y les dijo:
“¿Cómo es que estáis aquí el día entero sin trabajar?”.
Le respondieron:
“Nadie nos ha contratado”.
Él les dijo:
“Id también vosotros a mi viña”.
2. Lectura de la Madre Trinidad
«Desde el seno del Padre, en el impulso y el amor del espíritu santo, por el costado abierto de Cristo que repara infinitamente al Dios tres veces Santo ofendido, se desbordan los torrenciales afluentes de la divinidad en compasión redentora de divina e infinita misericordia sobre la humanidad caída»
Luz en la noche. Opúsculo 14, pp 19-35
El día 22 de junio, Fiesta del Sagrado Corazón de Jesús, al amanecer, invadida por la luz del pensamiento divino que se iba profundizando cada vez más aguda y penetrativamente en lo más recóndito e íntimo de mi espíritu, sobre el misterio de Dios sido en sí y en manifestación esplendorosa de su Majestad soberana hacia fuera;
intuía, descubriéndoseme muy clara y profundamente, que así como Dios en la infinitud de sus atributos y perfecciones es un solo y único acto de ser en actividad trinitaria de Familia Divina; en el cual su serse serse el Ser y su obrar son en ese solo y único acto de ser, en el que Dios se es para sí lo que es, sido y estándoselo siendo en sí, por sí y para sí en gozo coeterno y consustancial de Divinidad, por su subsistencia infinita;