1. Lectura del Evangelio del domingo 21 Junio
San Mateo 10, 26-33
No tengáis miedo a los que matan el cuerpo
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«No tengáis miedo a los hombres, porque nada hay encubierto, que no llegue a descubrirse; ni nada hay escondido, que no llegue a saberse.
Lo que os digo en la oscuridad, decidlo a la luz, y lo que os digo al oído pregonadlo desde la azotea.
No tengáis miedo a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma. No; temed al que puede llevar a la perdición alma y cuerpo en la “gehenna”. ¿No se venden un par de gorriones por uno céntimo? Y, sin embargo, ni uno solo cae al suelo sin que lo disponga vuestro Padre. Pues vosotros hasta los cabellos de la cabeza tenéis contados. Por eso, no tengáis miedo; valéis más vosotros que muchos gorriones.
A quien se declare por mí ante los hombres, yo también me declararé por él ante mi Padre que está en los cielos. Y si uno me niega ante los hombres, yo también lo negaré ante mi Padre que está en los cielos».
2. Lectura de la Madre Trinidad
«Alas de águila»
Opúsculo 13, pp 83-96
Es corto el camino que conduce a la Vida. Es corto porque están contados los días de los hombres que por él caminan. Es corto porque estamos creados para la Eternidad, para el día luminoso de la Luz, para el encuentro del Padre, y este camino que nos conduce a la Patria es sólo camino, peregrinación a través del destierro que nos lleva irremisiblemente a las fronteras del más allá.
Se ha grabado en mi mente, en mi corazón dolorido por la dureza de la vida, por la incomprensión de los hombres, por la traición de muchos que se llamaron míos, por la carcajada de los que me desprecian y por la muchedumbre de los que no me reciben…; sí, se ha grabado, ante mi mirada asombrada, un camino corto por el que todos caminábamos presurosos: eran los días de la vida en el destierro.