En estos momentos complicados que vivimos, recibimos una noticia consoladora por parte de la Iglesia. Ante la emergencia mundial del Covid-19, la Iglesia ofrece la posibilidad de obtener la indulgencia plenaria a los fieles que sufren de coronavirus, a los trabajadores de la salud, a los familiares y a todos aquellos que se ocupan de ellos, incluso a través de la oración. Así lo ha establecido la Penitenciaría Apostólica por medio de un decreto del 19 de marzo firmado por el Penitenciario Mayor, Cardenal Mauro Piacenza, y autorizado por el Papa Francisco.
¿Quiénes pueden obtener esta Indulgencia?
En el decreto se establece que “se concede la Indulgencia plenaria a los fieles enfermos de Coronavirus, sujetos a cuarentena por orden de la autoridad sanitaria en los hospitales o en sus propias casas”.
Igualmente se concede la indulgencia especial a “los agentes sanitarios, los familiares y todos aquellos que, siguiendo el ejemplo del Buen Samaritano, exponiéndose al riesgo de contagio, cuidan de los enfermos de Coronavirus”. De igual forma “esta Penitenciaría Apostólica, además, concede de buen grado, en las mismas condiciones, la indulgencia plenaria con ocasión de la actual epidemia mundial, también a aquellos fieles que ofrezcan la visita al Santísimo Sacramento, o la Adoración Eucarística, o la lectura de la Sagrada Escritura durante al menos media hora, o el rezo del Santo Rosario, o el ejercicio piadoso del Vía Crucis, o el rezo de la corona de la Divina Misericordia, para implorar a Dios Todopoderoso el fin de la epidemia, el alivio de los afligidos y la salvación eterna de los que el Señor ha llamado a sí”.
¿Cómo obtener esta indulgencia?
Para obtener la indulgencia los fieles deben unirse a través de los medios de comunicación a la celebración de la Santa Misa, al rezo del Santo Rosario, a la práctica piadosa del Vía Crucis u otras formas de devoción. También si al menos rezan el Credo, el Padrenuestro y una piadosa invocación a la Santísima Virgen María. Además, deben ofrecer “esta prueba con espíritu de fe en Dios y de caridad hacia los hermanos, con la voluntad de cumplir las condiciones habituales (confesión sacramental, comunión eucarística y oración según las intenciones del Santo Padre), apenas les sea posible”.
Por último, la Penitenciaría destaca que la Iglesia mantiene en sus oraciones a aquellos a los que les es imposible acceder al sacramento de la unción de los enfermos. Así mismo, se recomienda que “para obtener esta indulgencia se recomienda el uso del crucifijo o de la cruz”.
Leer el decreto completo aquí: https://press.vatican.va/content/salastampa/it/bollettino/pubblico/2020/03/20/0170/00378.html