Hace unas semanas, el Arzobispado de Madrid restableció el precepto dominical y ahora, ante los rebrotes por coronavirus en la Comunidad de Madrid, recuerda a los fieles y presbíteros la importancia de seguir respetando las pautas higiénicas y organizativas en los templos.
«Ante el virus que nos amenaza y nos infecta, no podemos seguirnos considerando amos, dueños, señores, olvidando que en realidad somos meros administradores de lo creado –subraya el cardenal Carlos Osoro en su última carta del curso–. Ello nos debe de llevar a vivir en un respeto total a los demás, a procurar el bien del otro, a descubrir que las trasgresiones en el cuidado del otro provocan desorden y amenaza en la vida de los demás».
En este sentido, el Arzobispado incide en que, desde la finalización del Estado de alarma, en la región el aforo de los lugares de culto no puede superar el 75 % de capacidad y, en cualquier caso, debe garantizarse la distancia de seguridad.
Como se ha estado haciendo desde que se retomó el culto con pueblo, en los templos se controlan los accesos para evitar aglomeraciones, es obligatorio el uso de mascarilla –como ahora lo será en toda la comunidad–, las pilas de agua bendita continúan vacías y se ofrece gel desinfectante.
Además, el facultativo gesto de paz ha sido sustituido por uno sin contacto; la comunión se recomienda en la mano; se evitan los coros, reduciendo la música a un solo cantor; no se distribuyen hojas parroquiales ni ningún otro objeto, y el cestillo de la colecta no se pasa durante el ofertorio, sino a la salida de Misa.