Cáritas Diocesana de Madrid, en coordinación con Madrid Futuro y otras entidades, quiere contribuir a reducir la brecha digital y alertar a la sociedad de la necesidad de invertir y trabajar por lo que supone una importante causa de desigualdad social.
Madrid Futuro es una asociación sin ánimo de lucro, impulsada desde la sociedad civil y presidida por Manuel Bretón, presidente de Cáritas Española, que busca transformar e impulsar la ciudad en su recuperación de la crisis COVID.
El proyecto de Madrid Futuro para la eliminación de la brecha digital es un programa que se ha articulado en dos frentes: la prestación de dispositivos (ordenadores portátiles o tablets, según las necesidades del alumnado), y la implementación de un programa de acompañamiento individual adaptado al contexto actual y consistente en trabajar las capacidades y dificultades de los estudiantes mediante sesiones personalizadas, cuyos voluntarios coordinan Cáritas Diocesana de Madrid y la Universidad Autónoma de Madrid.
Entrega de dispositivos
La primera fase del proyecto se inició el 25 de enero de 2021 con la entrega de dispositivos donados por Ebro Foods en el distrito de Villaverde y Usera, con el objetivo de escalar en una primera etapa a los otros distritos donde la brecha digital se hace más patente: Usera, Carabanchel, Puente de Vallecas, Villa de Vallecas, Latina y Vicálvaro.
Fue el propio alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, quien entregó los dispositivos, acompañado de Luis Hernández Vozmediano, director de Cáritas Diocesana de Madrid, con la viceconsejera de Política Educativa de la Comunidad de Madrid, Rocío Albert, así como representantes y socios de Madrid Futuro.
El fin es llegar a más de 10.000 alumnos de estos 7 distritos, en más de 225 centros educativos. En una fase más avanzada, el objetivo es llegar a 35.000 alumnos de Madrid y más de 1.000 centros.
Proyecto brecha digital
En este contexto, Madrid Futuro ha desarrollado, en estrecha colaboración con su socio promotor, Cáritas, un proyecto cuya finalidad es disminuir la brecha digital en algunos distritos de Madrid a través de una solución a la citada problemática, con la finalidad de reducir la falta de medios y la falta de capacitación digital.
Cáritas Diocesana de Madrid ha formado equipos de más de treinta voluntarios, jóvenes en su mayoría, que han recibido formación digital y educativa para realizar el acompañamiento. Una vez que el centro educativo ha identificado a los estudiantes en situación de vulnerabilidad digital, propone a sus padres o tutores su participación en el proyecto.
De este modo, «Cáritas quiere participar en todas las vicarías que abarcan a distritos objeto del proyecto», señala Manuel Tena, voluntario responsable del mismo. Hasta ahora, Cáritas Vicaría V trabaja en el proyecto piloto de Villaverde, y la Vicaría IV está preparándose para trabajar en breve en Vallecas.
Además, Cáritas Diocesana de Madrid está coordinando con otras entidades su participación en el distrito de Usera. Cada vicaría está atendiendo a unos 40 alumnos. En el futuro, otras vicarías que tengan distritos afectados se incorporarán presumiblemente al proyecto.
Acompañamiento individual
El proyecto consiste básicamente en poner ordenadores portátiles a disposición de los alumnos, ofrecer tarifas de conectividad gratuitas o ventajosas y el acompañamiento individualizado de los alumnos.
El acompañamiento educacional girará en torno a dos vertientes. La primera, de carácter formativo en las herramientas digitales, para que el alumno maneje los dispositivos y aprenda a hacer buen uso de los dispositivos y de las redes sociales.
La segunda, de carácter escolar, con el objetivo de promover habilidades del estudiante tales como la autonomía, autoorganización, motivación, así como poner en práctica técnicas de estudio.
De esta forma, a cada estudiante que participe en el proyecto se le asignará, de acuerdo con sus características personales, un acompañante, voluntario, que estará supervisado por el equipo coordinador del proyecto. Las sesiones de acompañamiento tienen lugar, una vez a la semana a través de video llamadas, con una duración mínima de una hora.