La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, adelantó el pasado miércoles que, a partir de este lunes, 4 de octubre, se eliminan las restricciones de aforo, «con carácter general, tanto en interiores como en exteriores» y, por tanto, los lugares de culto podrán recuperar la capacidad anterior a la pandemia. El Arzobispado de Madrid recuerda que los templos han de tener una ventilación adecuada y que, en el interior, es obligatorio el uso de mascarillas.
En esta línea, el Boletín Oficial de la Comunidad de Madrid del pasado sábado, 2 de octubre, contempla, entre otras medidas, que «diariamente deberán realizarse tareas de desinfección de los espacios utilizados o que se vayan a utilizar y de manera regular se reiterará la desinfección de los objetos que se tocan con mayor frecuencia»; que han de organizarse «las entradas y salidas para procurar evitar aglomeraciones»; que debe haber dispensadores de gel hidroalcohólico; que «se limitará al menor tiempo posible la duración de los encuentros o celebraciones»; que «se evitará el contacto personal», o que los coros «deberán situarse a más de cuatro metros de los asistentes».
El texto también recoge que «la utilización del exterior de los edificios o de la vía pública para la celebración de actos de culto deberá ser aprobada por la autoridad municipal correspondiente, debiendo establecerse las medidas necesarias para procurar mantener la distancia de seguridad interpersonal».