Homilía: Domingo de Ramos – Ciclo A
Estamos entrando en una Semana Santa inolvidable. Una Semana Santa en la que la mayoría no podrán confesarse, ni participar en las celebraciones litúrgicas, ni en los ratos de oración ante el Santísimo, ni en las procesiones, ni en los viacrucis en el templo o en la calle, ni en tantas otras cosas. Todo esto podemos verlo simplemente como limitaciones. Pero también podemos verlo como una gran oportunidad que Dios quiere aprovechar para nuestro bien.