El Proyecto Repara del Arzobispado de Madrid prosigue su trabajo contra a los abusos: solo en el año 2021 atendió a 72 víctimas directas de abusos en distintos entornos y a 31 familiares de estas, a las que se ofrecieron más de 700 sesiones gratuitas. Como recoge un informe hecho público el pasado lunes, de los 72 casos, 49 hacen referencia a abusos sexuales, sobre todo en el ámbito intrafamiliar (34 casos), pero también entre personas sin vinculación familiar (cinco), en la vida consagrada (siete) y relativos a sacerdotes diocesanos (dos en Madrid y uno en otra diócesis). Entre ellos aparecen ocho menores en el momento de la denuncia —todos en el ámbito familiar— y cuatro menores en el momento de los hechos que denunciaron ya siendo adultos.
Los otras 23 víctimas directas se pusieron en contacto con Repara por haber sufrido abusos de autoridad, todos vinculados de una forma u otra a la Iglesia porque, si no, el trabajo de este proyecto sería inabarcable. Estas situaciones, como remarca la responsable de primera acogida y coordinadora de atención, Lidia Troya, se han duplicado respecto al año anterior. «Más allá del abuso sexual, constatamos que el abuso de conciencia, producido en el contexto de una dirección espiritual y sostenido en una supuesta autoridad divina, también está presente en la vida eclesial y tiene repercusiones muy dañinas para la persona que lo sufre, ya que cuestiona y desgarra las convicciones más profundas y nucleares de la persona».
- 72 víctimas directas de abusos atendidas en 2021 por Repara, así como 31 familiares
61 mujeres entre las víctimas directas de abusos y once hombres
34 casos se refieren al ámbito familiar y cinco a personas particulares sin vinculación
24 casos se refieren a la vida consagrada y cuatro a movimientos
Cinco casos restantes hacen referencia a sacerdotes diocesanos, cuatro de Madrid
49 víctimas sufrieron abusos sexuales, la mayoría en el entorno intrafamiliar
80 intervenciones puntuales o asesoramientos ofrecidos
600 sacerdotes y 200 seglares participaron en formaciones presenciales de Repara
En este sentido, lamenta que a veces en la vida religiosa «hay conductas abusivas tan normalizadas y naturalizadas que ni siquiera se reconocen como tales», pero que «van mermando, mutilando y anestesiando la libertad de la persona que las sufre». «Es algo sutil, vivido en la cotidianidad de lo ordinario y que va afectando a lo más íntimo de las personas: su conciencia», asevera.
Definir este tipo de abuso y reconocerlo no siempre es fácil, tal y como están viendo en Repara, porque «está hecho de un entramado muy complejo» y muchas veces lo comete «una figura de confianza», cuya autoridad «ha sido investida por Dios». «Se confunde la obediencia con la sumisión, la unidad con la uniformidad, la autoridad con el autoritarismo, la voluntad de Dios con la voluntad del superior…», denuncia Troya, antes de enumerar prácticas abusivas como «el excesivo control y la obligación de informar» de todo, «el aislamiento» o «el mal uso del lenguaje religioso junto con algunas ideas muy distorsionadas de lo religioso».
Para Troya estos abusos pueden llevar, además, a otros abusos. Al contrario de lo que se cree, el abuso físico y, en especial, el sexual, «no suele ser el principio sino, más bien, el final de un proceso» cuyo inicio está en «el deseo, a veces inconsciente, de dominar sobre otro y de someter a la persona». «Todo abuso proviene de una situación de desequilibrio, de superioridad o asimetría y las relaciones de poder establecidas son el elemento fundamental que lo posibilita», abunda.
Más formación
En paralelo a este trabajo de atención a víctimas, el Proyecto Repara sigue apostando por la prevención de posibles casos y por la formación. Entre otros, en 2021 se dieron sesiones presenciales por las ocho vicarías –a cerca de 600 sacerdotes y 200 agentes de pastoral–; se ofrecieron dos cursos online a través de la Escuela Diocesana de Evangelizadores –con la participación de 75 alumnos, la mayoría agentes de pastoral –, y hubo sesiones específicas para los equipos directivos de los colegios diocesanos y los seminaristas.
El coordinador del Proyecto Repara, Miguel García-Baró, adelanta que se va a mantener esta línea, que se potenciará la «investigación sobre los abusos de autoridad» precisamente, y que se va a celebrar una jornada «con especialistas que no han participado en los cursos», aunque se han citado, poniendo el foco en temas de psicología, antropología o acompañamiento espiritual. El equipo también mantendrá contacto con vicarías, parroquias y órdenes religiosas que requieren información, y seguirá editando diversos materiales.