1. Lectura del Evangelio del Domingo
EVANGELIO
Él fue, se lavó, y volvió con vista.
Lectura del santo Evangelio según san Juan 9, 1. 6-9. 13-17. 34-38
En aquel tiempo, al pasar, vio Jesús a un hombre ciego de nacimiento.
Entonces escupió en la tierra, hizo barro con la saliva, se lo untó en los ojos al ciego y le dijo:
«Ve a lavarte a la piscina de Siloé (que significa Enviado)».
Él fue, se lavó, y volvió con vista. Y los vecinos y los que antes solían verlo pedir limosna preguntaban:
«¿No es ese el que se sentaba a pedir?».
Unos decían:
«El mismo».
Otros decían:
«No es él, pero se le parece».
El respondía:
«Soy yo».
Llevaron ante los fariseos al que había sido ciego. Era sábado el día que Jesús hizo barro y le abrió los ojos. También los fariseos le preguntaban cómo había adquirido la vista.
Él les contestó:
«Me puso barro en los ojos, me lavé, y veo».
2. Lectura de la Madre Trinidad
“Yo tengo fe”, Opúsculo 17
Yo tengo fe… Y creo en el único Dios verdadero, el que se es en sí, por sí y para sí su misma subsistencia eterna y suficiencia infinita; y en su unigénito Hijo Jesucristo, su enviado, el Ungido de Yahvé, el esperado de las naciones, el prometido a nuestros santos Padres y el ansiado por los Profetas; «Dios de Dios, Luz de Luz», de la misma sustancia y naturaleza del Padre y del Espíritu Santo.
Y por ello, puedo decir con el Apóstol San Pablo: «Estoy crucificado con Cristo: vivo yo, pero no soy yo, es Cristo quien vive en mí; vivo de la fe en el Hijo de Dios, que me amó hasta entregarse por mí»
Yo tengo fe… Y «creo en el Espíritu Santo, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria»