1. Lectura del Evangelio de la tercera semana de Cuaresma
EVANGELIO
Si no os convertís, todos pereceréis de la misma manera.
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 13, 1-9
En aquel momento se presentaron algunos a contar a Jesús lo de los galileos, cuya sangre había mezclado Pilato con la de los sacrificios que ofrecían.
Jesús respondió:
« ¿Pensáis que esos galileos eran más pecadores que los demás galileos porque han padecido todo esto? Os digo que no; y, si no os convertís, todos pereceréis lo mismo. O aquellos dieciocho sobre los que cayó la torre de Siloé y los mató, ¿pensáis que eran más culpables que los demás habitantes de Jerusalén? Os digo que no; y, si no os convertís, todos pereceréis de la misma manera».
Y les dijo esta parábola:
«Uno tenía una higuera plantada en su viña, y fue a buscar fruto en ella, y no lo encontró.
Dijo entonces al viñador:
«Ya ves, tres años llevo viniendo a buscar fruto en esta higuera, y no lo encuentro. Córtala. ¿Para qué va a perjudicar el terreno?».
Pero el viñador contestó:
«Señor, déjala todavía este año y mientras tanto yo cavaré alrededor y le echaré estiércol, a ver si da fruto en adelante. Si no, la puedes cortar»».
Palabra del Señor.
2. Lectura de la Madre Trinidad
«Rotura del plan de Dios; en las puertas del abismo». Frutos de oración, pp. 17
545. Dios, que se es de por sí, crea criaturas tan perfectas, que son capaces de poseerle por haber- les dado un ser a imagen suya. Y la criatura, al verse tan perfecta y que es, dice cuando peca: «No quiero someter mi yo a nada». Con ello pierde la razón de su yo dependiente del Yo di- vino y, quedándose sin razón de ser eternamente, no pudiendo ya vivir del Infinito, único capaz de hacerla feliz, se le convierte todo en tortura eterna. (15-9-66)
546. Con el «no» del hombre se rompió el plan divino; pero la donación de Dios se hizo aún más generosa y Dios recibió más gloria, porque su mismo Hijo, haciéndose uno de nosotros, le dijo un «sí» infinito, glorificándole infinitamente, cosa que nosotros nunca hubiéramos podido hacer. (9-1-65).
547. Dios es el Bien supremo, por lo que el hombre, creado con libertad de escoger, cuando no le ve en luz, busca su bien propio fuera del sumo Bien y, por esto, cae. (9-1-65)