1. Lectura del Evangelio del Domingo
EVANGELIO
El publicano bajó a su casa justificado, y el fariseo no.
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 18, 9-14
En aquel tiempo, Jesús dijo esta parábola a algunos que se confiaban en sí mismos por considerarse justos y despreciaban a los demás:
«Dos hombres subieron al templo a orar. Uno era fariseo; el otro, un publicano. El fariseo, erguido, oraba así en su interior:
“¡Oh Dios!, te doy gracias, porque no soy como los demás hombres: ladrones, injustos, adúlteros; ni tampoco como ese publicano. Ayuno dos veces por semana y pago el diezmo de todo lo que tengo”.
El publicano, en cambio, quedándose atrás, no se atrevía ni a levantar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho diciendo:
“¡Oh Dios!, ten compasión de este pecador”.
Os digo que este bajó a su casa justificado, y aquél no. Porque todo el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido».
Palabra del Señor.
2. Lectura de la Madre Trinidad
Frutos de oración. Humildad, pp.13-16.
1.136. Dios es la Luz que vino para dar testimonio de la Verdad; la humildad es la verdad, y la verdad es luz. (21-1-65)
1.137. La sabiduría del hombre radica en la humildad. ¿De qué le sirve saber todas las cosas si, ensoberbeciéndose, su espíritu se empobrece? (10-9-63)
1.138. Humildad, dame tú el saber de lo divino pues sólo en ti se encuentra, ya que Dios, en las almas que te poseen, descansa y les dice su eterno secreto. (12-9-63)
1.139. Amo la humildad más que todas las riquezas, más que todas las gracias, porque sé que sólo el humilde roba el corazón de Dios. (9-1-67)