1. Lectura del Evangelio del domingo 12 de julio
San Mateo 13, 1-9
Salió el sembrador a sembrar
Aquel día, salió Jesús de casa y se sentó junto al lago. Y acudió a él tanta gente que tuvo que subirse a una barca; se sentó, y toda la gente se quedó de pie en la orilla.
Les habló muchas cosas en parábolas:
«Salió el sembrador a sembrar. Al sembrar, un poco cayó al borde del camino; vinieron los pájaros y se lo comieron.
Otro poco cayó en terreno pedregoso, donde apenas tenía tierra, y, como la tierra no era profunda brotó enseguida; pero, en cuanto salió el sol, se abrasó y por falta de raíz se secó.
Otra cayó entre abrojos, que crecieron y la ahogaron.
Otra cayó en tierra buena y dio fruto: una, ciento; otra, sesenta; otra, treinta.
El que tenga oídos, que oiga».
Palabra del Señor.
2. Lectura de la Madre Trinidad
«El camino de la vida»
Opúsculo 13 pp. 49-69
¡No hay compasión para mi pecho herido!
Risas…, carcajadas…, desprecios e incomprensiones escucho en torno mío, mientras mi espíritu, agotado de tanto padecer, se siente desplomado por el peso avasallador de la petición de Dios, que se hace dentro de mí torrente de inagotables manantiales.
Silencios de muerte y respuestas de burla,de indiferencia y de contradicción, hacen caer a mi alma, desvanecida por su propio peso, en la aniquilación en que el aparente fracaso de su misión no recibida la pone.
¡No quiero expresar con frases que no dicen lo que tengo, no quiero decir nuevamente, de la manera que no es, lo que oprimo en el espíritu…! ¡No quiero ser profanada, incluso por mí…! ¡No quiero, porque no puedo más…!