Lecturas de preparación 3º Domingo de Adviento

1. Lectura del Evangelio del 3º Domingo de Adviento

EVANGELIO
Y nosotros, ¿qué debemos hacer?

Lectura del santo Evangelio según San Lucas, Lc 3, 10-18.

En aquel tiempo, la gente preguntaba a Juan:
«Entonces, ¿qué debemos hacer?».
Él contestaba:
«El que tenga dos túnicas, que comparta con el que no tiene; y el que tenga comida, haga lo mismo».
Vinieron también a bautizarse unos publícanos y le preguntaron:
«Maestro, ¿qué debemos hacer nosotros?».
Él les contestó:
«No exijáis más de lo establecido».
Unos soldados igualmente le preguntaban:
«Y nosotros, ¿qué debemos hacer?».
Él les contestó:
«No hagáis extorsión ni os aprovechéis de nadie con falsas denuncias, sino contentaos con la paga».
Como el pueblo estaba expectante, y todos se preguntaban en su interior sobre Juan si no sería el Mesías, Juan les respondió dirigiéndose a todos:
«Yo os bautizo con agua; pero viene el que es más fuerte que yo, a quien no merezco desatarle la correa de sus sandalias. Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego; en su mano tiene el bieldo para aventar su parva, reunir su trigo en el granero y quemar la paja en una hoguera que no se apaga».
Con estas y otras muchas exhortaciones, anunciaba al pueblo el Evangelio.
 
Palabra del Señor.

2. Lectura de la Madre Trinidad

“María en los planes de Dios» . Opúsculo 5, pp. 1-4

667. La grandeza de María le viene de su Maternidad divina; y, al ser Madre de Cristo, que es la Cabeza del Cuerpo Místico, lo es también de todos y cada uno de sus miembros. (18-4-69)

668. Si la Virgen, por ser Madre de Cristo y en Él de todos los hombres, no hubiera cooperado a la realización de la voluntad divina, el plan eterno sobre la Iglesia y el mundo no hubiera sido cumplido según el deseo de complacencia de Dios. (14-11-59)

669. Nuestra Señora fue creada e introducida en el plan divino para ser Madre de Jesús y estar junto a Él; por eso Dios le concedió un conocimiento tan grande de su propio Hijo, que se adhi- rió a Él, en unión tan una, que su voluntad quedó robada por el Infinito. (9-1-65)

670. En la medida que el Verbo se da a la Virgen se le da el Padre y el Espíritu Santo, cada uno en su modo personal, para la realización del plan divino. (7-12-74)