El director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, Matteo Bruni, informó poco antes de las doce de la noche que el Papa Francisco «ha reaccionado bien a la intervención, realizada con anestesia general», que ha sufrido este domingo para corregir una estenosis diverticular del sigma del colon.
Francisco había sido ingresado en torno a las tres de la tarde de este domingo en el Hospital Policlínico Agostino Gemelli de Roma para una operación quirúrgica programada por una estenosis diverticular sintomática del colon.
La operación fue llevada a cabo por el doctor Sergio Alfieri, especialista en cirugía digestiva, con la asistencia del profesor Luigi Sofo, del doctor Antonio Tortorelli y de la doctora Roberta Menghi. También estuvo presente en el quirófano el doctor Roberto Bernabei, médico personal del Papa.
Molestias desde febrero
Una estenosis diverticular es un estrechamiento de un divertículo formado en el colon. En muchas ocasiones estos divertículos (hernias de la mucosa del intestino que aparecen a través de su capa muscular) son asintomáticos. En el caso del Papa sí ha habido los síntomas que han conducido a detectarlos: normalmente dolor en el bajo vientre y problemas en la evacuación. La finalidad de la intervención quirúrgica, además de aliviar los síntomas, es evitar la rotura del divertículo y una posible infección.
Cuando una intervención de estas características es programada quiere decir que se ha producido en ausencia de inflamación, y la técnica más común es una laparoscopia no invasiva durante la cual se procede a seccionar el trozo de intestino afectado por los divertículos. Es una operación delicada que, sobre todo en el caso de personas de la edad del Papa (84 años), solo se realiza por considerarse estrictamente necesaria, pues existen también abordajes farmacológicos.
Según informa la agencia italiana ANSA, los problemas del colon del Papa se detectaron en febrero. El geriatra Roberto Bernabei, nuevo médico personal del pontífice tras el fallecimiento en enero del doctor Fabrizio Soccorsi, fue quien decidió, de acuerdo con la agenda papal, esta intervención.
Máxima discreción
La operación se ha programado aprovechando el comienzo del período vacacional del Papa, que toma siempre sus vacaciones en julio. De hecho, se han cancelado las audiencias generales de los miércoles hasta el próximo 4 de agosto. Hasta entonces, las únicas apariciones públicas de Francisco serán en el Angelus dominical.
Su presencia el próximo domingo 11 de julio en la Plaza de San Pedro está condicionada a su recuperación de la operación a la que está siendo sometido, aunque parece difícil, pues su estancia hospitalaria se estima en al menos cinco o seis días.
Esta mañana, el Papa rezó con normalidad el Ángelus y anunció su viaje a Hungría para clausurar el 12 de septiembre el 52º Congreso Eucarístico Internacional de Budapest, y a Eslovaquia del 12 al 15 para una visita apostólica.
Francisco llegó al hospital en torno a las tres de la tarde y acompañado solamente de su chófer y de uno de sus colaboradores más estrechos, y fue recibido en la décima planta del hospital, donde San Juan Pablo II estuvo ingresado hasta once veces durante su pontificado.
El pulmón y la cadera
En 1957, cuando tenía 21 años, a Francisco le extirparon el lóbulo superior del pulmón derecho a causa de tres quistes, aunque esta circunstancia nunca le ha producido problemas de respiración. También padece problemas de cadera que, según los días, le causan mayor o menor dolor al andar y son evidentes cuando se desplaza.
Salvo estas dos circunstancias, su salud no ha revestido especial preocupación ni ha alterado actos de su pontificado, salvo las misas de Año Nuevo de 2021, que no pudo celebrar a consecuencia de una ciática, o una visita, precisamente al Gemelli, que tuvo que anular en junio de 2014 por una leve indisposición. Hace dos años fue operado de unas cataratas, en una intervención ambulatoria.