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Este miércoles, 20 de enero, a las 15:00 horas se produjo una fuerte explosión por una posible fuga de gas en un edificio perteneciente a la parroquia de la Virgen de la Paloma y San Pedro el Real, en la calle Toledo, 98.
El edificio anejo al templo, en el que se ubican dos pisos de los sacerdotes, varios locales parroquiales y de Cáritas, quedó destrozado. Los sacerdotes Gabriel Benedicto, Alejandro Aravena, Moisés León y Matías Ernesto Quintana se encuentran bien, mientras que un quinto, Rubén Pérez Ayala, fue trasladado a hospital herido de gravedad. Falleció a las 1:42 horas por las heridas y las hemorragias internas producidas por la explosión.
Rubén Pérez Ayala, de 36 años, fue ordenado sacerdote por el arzobispo de Madrid, cardenal Carlos Osoro, el pasado mes de junio tras formarse en el seminario Redemptoris Mater de Madrid. «He tenido la experiencia a lo largo de este tiempo de seminario de que la felicidad no está en vivirlo todo para uno mismo, sino en donarse a los demás», aseguraba en una entrevista sobre su vocación en la web del Arzobispado el año anterior el joven, cuyo hermano Pablo es también sacerdote diocesano.
Además, Emergencias Madrid confirmó el mismo miércoles la muerte de otras tres personas. Entre ellas se encuentra David Santos Muñoz, electricista de 35 años, padre de cuatro niños, y feligrés de la parroquia. Había ido a echar una mano y al principio de la tarde estaba desaparecido.
El propio arzobispo se desplazó al lugar de los hechos y pidió en su cuenta de Twitter rezar por la comunidad cristiana y por las víctimas.
Estoy con algunos fieles cerca de la parroquia de La Paloma, donde se ha producido una fuerte explosión. Rezo por la comunidad cristiana en estos momentos de dificultad y pido por las víctimas.
— Carlos Osoro Sierra (@cardenalosoro) January 20, 2021
Después, el Papa Francisco mandó un telegrama de cercanía y oración, que se puede leer en este enlace.