Queridos feligreses:
Poco a poco, parece que volvemos a una cierta normalidad después de estos meses tan duros y tan extraños.
Desde mi propia experiencia, tanto cuando estaba enfermo por el coronavirus como después, cuando atendía espiritualmente a otros enfermos o feligreses, permitidme que comparta con vosotros el dolor y la esperanza.
Si algo positivo podemos sacar de esta situación terrible es valorar aquello a lo que quizá nos habíamos acostumbrado. Y, de entre todo ello, subrayo la familia. Sí, es verdad, también ha habido más roces y discusiones debido al confinamiento, pero ¿qué habríamos hecho sin nuestras familias? Y, ¿cómo saldremos adelante si no es gracias a ellas?
La parroquia también es una gran familia, como lo es la Iglesia. Como párroco, estoy preocupado por la cantidad de miembros de esta familia que están viniendo a pedir ayuda a la parroquia para poder comprar comida o útiles de higiene. Si estáis en una situación difícil, no tengáis reparo en venir a Cáritas. Los voluntarios os atenderán con todo el cariño y valorarán vuestras necesidades para asegurar que las ayudas se entregan a quienes realmente las necesitan y a todos los que las necesitan.
También me preocupa la situación económica de la parroquia que, a causa de la suspensión del culto público, ha dejado de recibir vuestras colectas en las Misas durante todo este tiempo. Como sabéis, la parroquia no recibe ayuda económica de ningún tipo. La famosa «x» de la declaración de la renta (que os aconsejamos que marquéis siempre) va destinada a instituciones de la Iglesia que no pueden autofinanciarse, como seminarios, parroquias rurales o en barrios extremadamente pobres, construcción de nuevas iglesias, etc. Pero esta familia, que es la parroquia, depende exclusivamente de las aportaciones de sus miembros. No podemos realizar las actividades de culto, evangelización ni caridad si no contamos con vuestra colaboración.
Por todo ello, para ayudar a los miembros de esta familia en dificultad y para mantener a la propia parroquia, queremos pediros que penséis en la posibilidad de suscribiros con 9 € mensuales. Es poco, pero muchos pocos hacen mucho.
Gracias por vuestro tiempo. Contad con la parroquia para lo que necesitéis. Os encomendamos cada día a Nuestra Madre la Virgen en su Presentación.
Unidos en Cristo,
D. Pablo Martínez
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