1. Lectura del Evangelio del Domingo
EVANGELIO
Dios hará justicia a sus elegidos que claman ante él.
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 18, 1-8
En aquel tiempo, Jesús, para explicar a sus discípulos cómo tenían que orar siempre sin desanimarse, les propuso esta parábola:
«Había un juez en una ciudad que ni temía a Dios ni le importaban los hombres.
En la misma ciudad había una viuda que solía ir a decirle:
“Hazme justicia frente a mi adversario”.
Por algún tiempo se negó, pero después se dijo:
“Aunque ni temo a Dios ni me importan los hombres, como esta viuda me está molestando, le voy hacer justicia, no sea que siga viniendo a cada momento a importunarme”».
Y el Señor añadió:
«Fijaos en lo que dice el juez injusto; pues Dios, ¿no hará justicia a sus elegidos que claman ante el día y noche?; ¿o les dará largas? Os digo que les hará justicia sin tardar. Pero, cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará esta fe en la tierra?».
Palabra del Señor.
2. Lectura de la Madre Trinidad
Opúsculo 4. Plenitud del sacerdocio de Cristo.
Mi alma-Iglesia necesita, por la exigencia de la perfección para la cual Dios la creó, gozar y disfrutar en la penetración saboreable del porqué de todas las cosas. Y por eso, cuando, en mi pequeñez, barrunto en saboreo amoroso el porqué del Eterno Seyente, adoro, desplomada de amor, del modo más perfecto que puedo hacerlo en la tierra, con el disfrute dichosísimo de saber que la adoración es la respuesta más adecuada de la criatura ante la excelencia perfectísima del Infinito Ser. Sólo adorando mi espíritu se siente descansado, respondiendo al Amor eterno, en rendimiento total con todo cuanto soy y poseo.