“¡Gloria para Dios, sólo eso! Lo demás no importa”. Son las palabras de la Madre Trinidad de la Santa Madre Iglesia, fundadora y presidente de La Obra de la Iglesia, institución eclesial de Derecho Pontificio desde 1997 y que hoy hace un año falleció en Roma.
El P. Miguel Silvestre Bengoa, sacerdote de La Obra de la Iglesia, contó a ACI Prensa que la Madre Trinidad fue “una mujer sencilla del sur de España, que desde su juventud se consagró por completo a Dios”.
“En largos ratos de oración ante el Sagrario aprendió los misterios de la vida íntima de Dios, de una manera sencilla pero muy profunda”, dijo a continuación.
“En Madrid, en 1959, Dios la hizo testigo directo de todos los misterios de la fe, para ayudar a la Iglesia, al Papa y a los Obispos en su misión esencial, y le pidió fundar ‘La Obra de la Iglesia’”, explicó el sacerdote.
Según contó el P. Miguel, la misión de esta institución se basa en “vivir y hacer vivir a todos profundamente el misterio de la Iglesia y comunicarlo con la vida y la palabra, presentando la santidad, la belleza y la hermosura de su verdadero rostro ante la vista de todos los hombres”.
“Por eso -explicó el sacerdote-, la Madre Trinidad se sintió llevada a Roma, donde vivió los últimos 28 años de su vida”.
“Allí quiso sufrir, morir y ser enterrada, cerca del Papa, como ella decía, ‘junto la Sede de Pedro’, manifestando así la ofrenda de su vida por la Iglesia hasta el final, sólo para ayudarla, con cuanto Dios le había manifestado”.
Cabe destacar que la Madre Trinidad no pudo estudiar nunca y ni siquiera terminó los estudios de primaria, por un accidente que sufrió en los ojos siendo niña.
Sin embargo, el P. Miguel relató que “como consecuencia de las comunicaciones directas de Dios a su alma, ha dejado para toda la Iglesia más de 1.000 charlas grabadas en audio o vídeo y más de 40 volúmenes de teología viva, con pensamientos, temas y poesías”.
El sacerdote aseguró desde Roma que “es un auténtico arsenal de vida espiritual, en un lenguaje sencillo pero muy profundo, que nos introduce de lleno a vivir los misterios de la fe”.
“Ha pasado ya un año desde que la Madre Trinidad se encontró con su Esposo divino para siempre, como tanto deseaba desde hacía tantos años”, explicó el P. Miguel.
“Para mí y para todos los miembros de La Obra de la Iglesia es un día de gozo y de alegría, aunque con la pena de no tenerla ya físicamente entre nosotros, pero con la esperanza de que Dios cumple sus promesas. La sentimos muy cerca aquí en Roma, en la capilla donde está enterrada”, aseguró.
Por último, el sacerdote destacó que “es momento para todos los miembros de La Obra de la Iglesia de llevar con renovada ilusión este mensaje al Pueblo de Dios y darlo a conocer, como llevamos haciendo en los últimos años, con charlas, retiros y misiones que organizamos en tantas partes del mundo, para niños, jóvenes, sacerdotes, religiosas, obispos… ¡esto es para todos!”.
A continuación, algunas frases destacadas de la Madre Trinidad, sacadas de sus escritos, que se encuentran en la página web de la Obra de la Iglesia:
-“¡Vete y dilo, esto es para todos!”
Es decir, la vida de Dios, de Cristo, de María y de la Iglesia es para todos los hombres, y todos somos llamados a vivir y participar en intimidad del amor infinito de Dios.
-“¡En el sagrario Jesús te espera siempre!”
La vida de la Madre Trinidad estuvo marcada por horas y horas de oración ante Jesús Eucaristía, el Amor de su vida, su único Maestro.
-“¡Gloria para Dios! ¡Sólo eso, lo demás no importa, no cuenta, es intrascendente!”
Frase que repitió miles de veces especialmente en los últimos años de su vida, para grabarla a fuego en nuestros corazones. La santidad es dar gloria a Dios mediante el cumplimiento de su voluntad, y eso es lo único que importa, aquí y en la Eternidad.
-“¡Yo nací para la Iglesia, y la Iglesia es mi canción!”
La Madre Trinidad se sentía en todo su ser “Eco” de la Iglesia, para repetir cantando con fidelidad la vida, la misión y tragedia de la Santa Madre Iglesia.