Lecturas recomendadas: 8ª semana de tiempo ordinario

1. Lectura del Evangelio de la octava semana de tiempo ordinario

EVANGELIO
De lo que rebosa del corazón habla la boca.
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 6, 39-45

En aquel tiempo, dijo Jesús a los discípulos una parábola:

«¿Acaso puede un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán los dos en el hoyo?

No está el discípulo sobre su maestro, si bien, cuando termine su aprendizaje, será como su maestro.

¿Por qué te fijas en la mota que tiene tu hermano en el ojo y no reparas en la viga que llevas en el tuyo? ¿Cómo puedes decirle a tu hermano: «Hermano, déjame que te saque la mota del ojo», sin fijarte en la viga que llevas en el tuyo? ¡Hipócrita! Sácate primero la viga de tu ojo, y entonces verás claro para sacar la mota del ojo de tu hermano.

Pues no hay árbol sano que dé fruto malo, ni árbol malo que dé fruto bueno; por ello, cada árbol se conoce por su fruto; porque no se recogen higos de las zarzas, ni se vendimian racimos de los espinos.

El hombre bueno, de la bondad que atesora en su corazón saca el bien, y el que es malo, de la maldad saca el mal; porque de lo que rebosa del corazón habla la boca».

Palabra del Señor.

2. Lectura de la Madre Trinidad

«Vivir en la verdad». Frutos de oración,  pp. 1-4

1.076. Dios es Amor, y para entrar en Él hace falta un gran amor de confianza en nuestro Padre, que está, abrasado en el Espíritu Santo, esperando la venida de todos sus hijos. (27-3-59)


1.077. ¿Por qué no encuentran los hombres llenura en sus esperanzas? Porque no esperan a Dios, única llenura del hombre. (17-4-70)


1.078. Los hombres que no han descubierto el corazón de Dios, o abusan de Él revolviéndose con desprecio e indiferencia o se asustan por las imperfecciones de sus propias miserias al acercarse al Infinito. ¡Qué importante es conocer a Dios para responderle como Él se merece y estar en el centro de su voluntad! (18-8-73)