Clara de Pablo decidió en verano del año pasado integrarse en el equipo de voluntarios de Cáritas Diocesana de Madrid «por poder responder a todo lo que gratuitamente» ha recibido, y por lo que le han enseñado a lo largo de su vida, que hay que «ir más a las obras que a las palabras». «La caridad no se muestra solamente en el hablar sino en el acercarse a las personas y a las realidades que a veces no son las más cómodas», ha contado en el Informativo Diocesano de TRECE.
La joven se incorporó a un proyecto de clases de español para menores no acompañados, y lo que en principio iba a estar limitado a los meses de verano se ha alargado en el tiempo porque se hicieron amigos a base de excursiones al campo, salidas a la piscina, e incluso la celebración de la fiesta del cordero con ellos. De modo que ya no es tanto un voluntariado como quedar con unos amigos para apoyarles, acompañarles y ayudarles con el idioma.
«Recibes de ellos un montón de cosas», reconoce Clara, porque al final «ver a alguien más pequeño que yo y que ha pasado por tanto, y que aun así tiene unos objetivos, unas metas, unos sueños, y una fuerza de voluntad» enseña mucho. Y enseñan también los educadores que los atienden, quienes «dedican todo su esfuerzo, su tiempo y su día» a los jóvenes; lo hacen todo «con ellos en el centro».
Los prejuicios, «que muchas veces no se corresponden con la realidad», son la gran barrera, pero cuando se conoce a estos chavales, reconoce la voluntaria, uno se da cuenta de que «son más cosas al final las que te unen que las te separan». Por eso, anima a todos a hacer un voluntariado, porque «merece la pena, y descubres en los demás y en ti mismo un montón de cualidades» insospechadas.
El testimonio de Clara es un anticipo de la celebración, el domingo 6 de junio, de la solemnidad del Corpus Christi, también Día de Caridad con el lema Pan partido, alimento de fraternidad. Cáritas Diocesana de Madrid, que ha presentado esta semana su Memoria 2020, cuenta con cerca de 9.700 voluntarios que atendieron el año pasado a casi 140.000 personas.