1. Lectura del Evangelio del domingo de la 1ª semana de Adviento
San Marcos 13, 33-37
Velad, pues no sabeís cuándo vendrá el señor de la casa
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Estad atentos, vigilad: pues no sabéis cuándo es el momento.
Es igual que un hombre que se fue de viaje y dejó su casa y dio a cada uno de sus criados su tarea, encargando al portero que velara.
Velad entonces, pues no sabéis cuándo vendrá el señor de la casa, si al atardecer, o a medianoche, o al canto del gallo, o al amanecer; no sea que venga inesperadamente y os encuentre dormidos.
Lo que os digo a vosotros lo digo a todos: ¡Velad!»
Palabra del Señor.
2. Lectura de la Madre Trinidad
«Porque creo en la vida eterna, me abraso…”
Opúsculo 17, pp. 98-116
Y enaltecida por la fe de Abraham, «Padre de todos los creyentes», repleta de esperanza en las promesas de Dios, y encendida en las llamas refrigerantes del Espíritu Santo, vuelvo a entonar mi canción de:
Yo tengo fe… Y «creo en la vida eterna».«¡Oh qué misterio tan verdadero es el de la Eternidad…! –escribía el 10 de noviembre de 1961–. Toda mi alma, iluminada por la fe, está reventando en felicidad de tanto tener esperanza en la Eternidad.
Experimento que mi vida es un trasunto de ese día eterno en el cual, cerrando los ojos al destierro, me encontraré cara a cara, para siempre, contemplando al Ser en su ser reventando en Tres… ¡Para siempre…!